Aunque el cold brew ha ganado una inmensa popularidad en los últimos años, su origen se remonta a siglos atrás, específicamente en Japón. Este método de infusión en frío ha conquistado paladares por su suavidad y baja acidez, ofreciendo una alternativa refrescante al café tradicional. En países desarrollados como EE.UU., el Reino Unido y Japón, el auge del café de especialidad ha llevado al cold brew a ocupar un lugar central en cafeterías y hogares. Además, la pandemia de COVID-19 impulsó aún más su consumo, ya que muchos buscaron replicar la experiencia de una buena taza de café en casa.
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¿Qué es el Cold Brew?
El cold brew es una infusión de café en frío, es decir, café molido que se deja reposando en agua fría durante varias horas, usualmente entre 12 y 24 horas, aunque esto puede variar dependiendo de la receta.
Es importante destacar que el cold brew no es, bajo ninguna circunstancia, un café que se ha dejado enfriar.
Además, no debe confundirse con el iced coffee, que consiste en cafés preparados en caliente o fríos a base de espresso, servidos sobre hielo, a menudo con leche y jarabe.
¿Cuáles son las características principales?
Es cierto que, al final, tanto el café caliente como el cold brew se preparan con agua y café, pero la diferencia radica en que la cantidad de compuestos ácidos que terminan en el cold brew es menor que en una preparación caliente (como lo explica el artículo publicado en Nature). Por ello, una de las características principales del cold brew es que es menos ácido. Además, debido a que el café permanece sumergido en agua durante varias horas, se extraen más compuestos que hacen que la bebida se perciba mucho más dulce y densa.
Asimismo, ya que la temperatura utilizada es baja en comparación con un café caliente, los compuestos aromáticos no se volatilizan tan fácilmente y permanecen en la bebida, lo que resulta en una experiencia mucho más aromática.
¿Quién inventó el Cold Brew?
Aunque no se tiene un registro preciso de quién lo inventó, se sabe que en Japón, en los años 1600, se desarrolló un método de extracción en frío llamado Kyoto Coffee. Se especula que los japoneses podrían haber aprendido este método de los mercaderes holandeses que viajaban desde Indonesia, quienes preparaban el café para transportarlo en sus naves.
Con el paso de los siglos, los métodos de extracción al estilo de Kioto se volvieron altamente artísticos. En lugar de sumergir los granos de café durante horas, el café se extrae gota a gota. Una sola gota de agua pasa a través de los granos de café a la vez, creando un proceso que toma tanto tiempo como preparar cold brew estilo «Toddy», pero es mucho más hermoso de observar. No pasó mucho tiempo hasta que se empezaron a utilizar torres elegantes en Kioto para preparar cold brew.
Años más tarde, compañías como Illy comenzarían a comercializar el cold brew. Sin embargo, no fue hasta que Todd Simpson, en 1963, visitó los Andes peruanos, donde probó café infusionado en frío, aunque se lo sirvieron caliente. Esta suave y deliciosa taza de café dejó una impresión duradera en Simpson, quien se inspiró para intentar replicar el método de infusión en frío. Unos años y una patente más tarde, el sistema Toddy® Cold Brew hizo su debut en los EE. UU., generando curiosidad que se convirtió en una fiel clientela.
¿Cómo se prepara el Cold Brew?
La preparación es muy sencilla, ya que los únicos ingredientes son agua y café.
Para conseguir una extracción balanceada, es recomendable utilizar café molido grueso, un poco más grueso que el utilizado para preparar una prensa francesa.
Un ratio comúnmente utilizado es el de 1:10 (café), es decir, 100 g de café molido y 1000 mL de agua.
Paso 1: Colocar el café en un recipiente y añadir el agua.
Paso 2: Remover para evitar grumos. De esta manera, todo el café quedará mojado.
Después de 24 horas de reposo, deberás filtrar el café para obtener solo el líquido (cold brew).
Para esto, puedes usar un filtro de V60, un colador de tela o uno de metal con poros muy finos. Asegúrate de que los coladores estén libres de olores que puedan transferirse a la bebida.
¡Y listo! Así de sencillo tienes tu cold brew hecho en casa. No olvides refrigerarlo, ya que su tiempo máximo de vida útil es de aproximadamente una semana.